La firma de arquitectura Buro KLK fue la encargada de renovar el diseño de Krypt Bar, un lugar de encuentro social subterráneo en Austria. Durante la renovación del antiguo edificio histórico de finales del siglo XVIII en la famosa calle Berggasse en Viena, se descubrió una escalera tapiada. La escalera condujo a una segunda bodega que se encontraba situada entre Votivkirche y el departamento de Sigmund Freud, este bar subterráneo es considerado una joya arquitectónica. Los investigadores históricos dijeron que se trataba de un establecimiento semiilegal de los años 50s y 60s durante la floreciente escena jazzística de Viena.
Una vez dentro comienza el viaje al pasado, se entra por una puerta muy estrecha que conduce hacia el sótano del primer nivel el cual cuenta con un vestíbulo con espejos. Después se encuentra una escalera que conduce directamente a la barra principal de 7 metros de largo. Pasillos secretos, stands escondidos, nichos, etc., rodean el centro del lugar; esta galería de arte da la impresión de un lugar surrealista fuera de aquel tiempo. El diseño actual consto en recubrir las tuberías de ventilación, la estructura estática y otras instalaciones con oro de composición; la placa del piso fue cubierta con una capa de mármol negro italiano y para el revestimiento del mostrador se utilizo un enorme trozo de bloque de mármol de Sáhara aplicado en un padrón de espejo.
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